La Iglesia de Nuestra Señora de Fátima está ubicada en la zona oriental
del barrio de las cuevas de Guadix, en las inmediaciones de las Cuatro
Veredas, y fue construida en 1961 según el diseño del arquitecto Santa
Teresa, discípulo del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, y que también
intervino en la planificación de Brasilia. Está enclavada en el corazón
de las cuevas accitanas, a la izquierda de la rambla de San Torcuato,
con las cumbres de Sierra Nevada como fondo de perspectiva.
Esta iglesia está considerada como uno de los pocos ejemplos de
arquitectura modernista de la localidad de Guadix, aunque con una
marcada tendencia y utilización de elementos locales. No en vano, una de
sus características fundamentales es su perfecta integración en el
entorno que le rodea, tomando el blanco y la textura de las cuevas entre
las que se ubica y queriendo imitar su arquitectura las diferentes
ondulaciones que los cerros que rodean a la ciudad forman en el paisaje.
En 1957 se concibió una pequeña ermita en la confluencia de las
barriadas de la Cuatro Veredas y Barranco de Armero, bajo la advocación
de Nuestra Señora de Fátima. Nació para satisfacer la demanda de la
población del barrio de las cuevas de Guadix, que debía recorrer un
largo camino hasta el centro de la ciudad para asistir a un templo. Poco
a poco, y debido al aumento poblacional en esta zona, la ermita fue
quedándose pequeña e insuficiente para albergar a tantos feligreses. Fue
entonces, en 1961, cuando se decidió construir un nuevo edificio,
situado junto al llamado Camino de los Forasteros y la Rambla del
Patrón, con mayor capacidad, la actual Iglesia de Nuestra Señora de
Fátima. El arquitecto encargado del diseño, Santa Teresa, se enmarcaba
en el estilo arquitectónico de los años sesenta en España, aunque con la
particularidad local de haber tenido muy en cuenta su entorno más
cercano, tal y como ya hiciera en la construcción de la iglesia de
Ribadelago, en Zamora.
En su diseño, el arquitecto utiliza formas curvas, líneas inclinadas
y ángulos diferentes para concebir un volumen blanco, en el que se
conjugan paños totalmente asimétricos, algunos curvos con ventanas y
huecos sinuosos. En su lateral orientado hacia la ciudad, en el primer
nivel, aparece una estructura de cerramiento en forma de diente de
sierra, en cuyos paños se abren ventanas triangulares, con dos lados
rectos y uno curvo. El nivel superior de este lateral está coronado por
un peto de forma ondulada. Igualmente, el tratamiento de las equinas de
la parte trasera que comunica con la sacristía y el despacho parroquial
es curvo, así como el volumen que alberga el campanario, con una silueta
y un hueco de forma sinuosa.
A la entrada, el volumen de la iglesia vuela, sostenida por un gran
cuerpo cilíndrico de paredes cóncavas, formando un porche cubierto de
ingreso al templo. Este cuerpo alberga unas escaleras de caracol que
acceden al coro de la iglesia.
En el interior, la iglesia es de una sola nave y de estructura
funcional. Presenta una gran sencillez en sus formas, con una planta
principal central que alberga una capilla lateral a la derecha del Altar
Mayor que acoge la Custodia del Santísimo Sacramento. En el retablo
principal, un crucificado de moderna factura está flanqueado por las
imágenes del Sagrado Corazón y de la titular del templo, Nuestra Señora
de Fátima, ambos en capillas a los lados del altar mayor. Esta iglesia,
sede de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud en su
Prendimiento y María Santísima de la Estrella, posee a sus pies otra
capilla que alberga las imágenes de los titulares de dicha cofradía.
Llama la atención el baptisterio, que está fuera del recinto
eclesiástico y es una de las escasas muestras que tenemos en Andalucía.
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